LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE

LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE
No importa si estas equivocado o estás en lo correcto, el tiempo se encargará de mostrarte el cauce principal y verdadero. Lo realmente importante es tu desempeño. Hagas lo que hagas, hazlo decididamente, con entusiasmo, con pasión, con amor, con disciplina. Pon todas tus fuerzas en eso que haz decidido hacer, no te vayas por las ramas; concéntrate en esa tarea. Que sea tu estilo de vida. Cree en lo que haces, cree que es importante. Vuélvete experto en ello, sé un referente. Lo lograrás con trabajo arduo, constante e inteligente. No hay formulas mágicas. No es cuestión de suerte.
Te contaré una historia...
En un lugar distante, olvidado por el tiempo y la memoria, vivió un hombre que a su mediana edad trabajaba fervorosamente en una labor que era su orgullo y que sobresalía por mucho de sus compañeros de trabajo. Se esmeraba diariamente en cultivar su intelecto siendo aventajado en la principal escuela de su territorio. No daba descanso a sus ojos sin antes dar gracias a Dios por tan magnánima labor, la cual realizaba diligentemente, con entereza y mucha disciplina.
Velaba para que sus compañeros al igual que él no desfallecieran en sus obligaciones y hasta les instaba a seguir cuando veía flaquezas en alguno de ellos.  No le importaba tener que desplazarse a otras ciudades circundantes para impedir que se tergiversara el verdadero sentido del mensaje que le había sido inculcado. Cumplía fielmente su encomienda y sus coterráneos se sentían orgullosos de tener en él un digno representante de su raza.
Pero algo pasó. En uno de esos viajes de supervisión al que había sido designado, se topó con un personaje poseedor de una nueva y emprendedora empresa que había escuchado de nuestro amigo y le cortó el camino diciéndole: - conozco de tu trabajo, de cuanto te esmeras en hacerlo perfecto, cuanto tiempo dedicas a él. Sé de tu disciplina y el amor que le brindas y que por mucho sobresales de los demás, y eso me ha gustado. Sin embargo, tu mensaje es equivocado, es imperfecto y carece del sentido para el que inicialmente fue creado.
Y fue más allá: - yo te necesito, trabaja para mí. Donde estás ahora por mucho que te esfuerces no lograrás nada-. Y le explicó detalladamente de que se trataba su empresa y la importancia de este nuevo mensaje.
Esta persona fue elegida no por lo que hacía, sino por como lo hacía. El fervor que empleaba en su trabajo fue la clave.
Eso me lo enseñó mi amigo Saulo que habitó en Tarso.
Frank Ávila Martínez

Comentarios