ENSEÑANZAS DE UN PADRE A SU HIJO
Querido hijo.
Quiero compartirte
estas enseñanzas que las aprendí de mi padre y él a su vez las aprendió del
suyo.
Si te fue
dado un don de servicio, úsalo en servir;
de enseñanza,
en enseñar;
de consejo,
en aconsejar;
de dar,
hazlo con liberalidad;
de dirigir,
con diligencia;
de hacer
misericordia, con alegría.
Ama sin
fingimiento,
aborrece lo
malo, sigue lo bueno,
ama a todos
con amor fraternal.
En lo que
requiere diligencia, no seas perezoso;
sé fervoroso
en espíritu sirviendo al amor,
gozoso en
la esperanza,
sufrido en
la tribulación,
constante
en la oración.
Practica la
hospitalidad.
Bendice a
los que te persiguen,
Bendice y
no maldigas.
Alégrate con
los que están alegres,
llora con
los que lloran.
Asóciate con
los humildes,
No seas
soberbio.
No pagues a
nadie mal por mal,
procura lo
bueno delante de todos los hombres;
si es
posible, en cuanto dependa de ti, mantente en paz con todos.
No busques
venganza;
así que, si
tu enemigo tiene hambre,
dale de
comer;
si tiene
sed, dale de beber.
No seas
vencido por el mal, sino vence el mal con el bien.
Da a cada
quien lo que se debe:
al que
tributo, tributo;
al que
impuesto, impuesto;
al que respeto,
respeto;
al que
honra, honra.
Ama a tu
hermano como a ti mismo.
Te amo.
Comentarios
Publicar un comentario