La fuerza del amor

 El día que comprendamos que la violencia no es la forma de cambiar nuestro mundo, que la destrucción de ciudades y el imperio de la muerte deje de sacudir a cada familia en cualquier parte del planeta y que aprendamos que el amor es la única fuerza necesaria y justa para relacionarnos entre los seres humanos, solo entonces estaremos haciendo las cosas bien.

Son más que palabras, más que cursilería, más que utopía, es una realidad fehaciente y palpable. Solo la fuerza del amor en toda su dimensión permitirá la igualdad entre las personas. Solo está fuerza es capaz de hacer que ninguna familia sufra de hambre, de incertidumbre económica y que los padres puedan ver crecer a sus hijos con salud, nutrición adecuada, educación de calidad y acceso oportuno a los servicios de salud.


Solo el amor podrá hacer que cada familia tenga un ingreso que le permita vivir dignamente, un techo donde resguardarse de la intemperie y las inclemencias del día a día.

Solo el amor puede darnos la felicidad tan anhelada y el verdadero éxito más allá del poder y la soberbia, porque el éxito consiste en alcanzar el pleno conocimiento de uno mismo. Cuando te conoces a ti mismo, descubres tus capacidades y limitaciones y esto te permite tender la mano a tu esposa, a tu esposo, a tus padres, a tus hijos, vecinos, compañeros de trabajo y a todo el que te rodea. Te conviertes en un ser de luz que resplandece más allá de los problemas y las dificultades.

Hagamos de nuestras familias un remanso de paz que irradie amor; donde los padres transpiren amor y los hijos se sientan amados. Un hogar que a pesar de las adversidades, la enfermedad, el dolor, la separación y el desarraigo, sea una fuente que mana amor a borbotones de sus corazones.

No hay excusa para dejar de amar.

Dónde quiera que esté latiendo un corazón, que sea por amor.

Frank Ávila

Pediatra

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