LOS NIÑOS PUEDEN CAMBIAR EL MUNDO


Su hijo es quien puede cambiar el mundo.
Nuestra sociedad se halla sumida en una crisis de valores y principios éticos a todo nivel. La avaricia, el engaño, la violación de las normas sociales se convierten en conductas aceptadas y en muchas ocasiones tildadas de “normal”. El ciudadano del común se siente impotente ante esta realidad. Sin
embargo, tenemos el poder para cambiar las cosas y todos juntos podemos hacerlo. No hablo de política, religión, género o etnia; hablo de lo que podemos hacer desde nuestro entorno, desde lo que sí podemos mejorar: nuestro hogar. Desde ese pequeño lugar podemos cambiar la cuadra, el barrio, la ciudad, el país, el mundo. Cambiar la forma de educar a los hijos es la clave para hacer del mundo un lugar mejor.  

Enseñe a su hijo:
Para que aprenda a:
A respetar la diferencia.
No ser xenófobo, homófobo, racista.
A reconocer la propiedad ajena.
No robar, no despojar, no desplazar.
Que todos los seres humanos somos iguales con los mismos átomos y moléculas.
No discriminar, evitar la soberbia, no maltratar, no creerse más que los demás.
A respetar a todas las personas.
Tratar con dignidad.
Tener una moral inquebrantable.
No dejarse sobornar, no ser corrupto.
A cuidar y respetar su cuerpo.
Respetar el cuerpo de los demás.
A hablar.
Conocer el poder de las palabras y nunca tome un arma en sus manos.
A escuchar.
Valorar un consejo a tiempo.
Que todos somos una misma familia puesto que procedemos de la misma especie.
Ayudar a su próximo cuando esté en sus manos hacerlo.
A honrar y elogiar a quien se lo merece.
No calumniar.
A ser honesto.
Cumplir las leyes y normas del derecho y la convivencia ciudadana.
A ser responsable.
Responder cabalmente por sus actuaciones.
Ser autosuficiente.
valerse por sí mismo.

El hogar es el lugar donde se cría los niños y niñas de hoy y se prepara los hombres y mujeres del mañana.
Frank M. Ávila Martínez.

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